Cáncer de Próstata. Vida plena a través de la fisioterapia
La Fisioterapia se muestra como una herramienta básica y fundamental para la disminución de síntomas y readaptación del paciente de cáncer de próstata a su vida normal con la mínima mobilidad funcional, acelerando la recuperación y contribuyendo a incrementar la salud física y psíquica, a través de la mejora de la calidad de vida.
La aparición de nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento junto con el descenso de la mortalidad han generado un perfil de paciente que corresponde al de varón sexualmente activo, en edad fértil y laboral, con una amplia expectativa de vida. Sin embargo, el tratamiento del cáncer puede dar origen a secuelas como incontinencia urinaria, disfunción sexual, incontinencia anal, edemas en las piernas (linfedema), dolor, y algunas alteraciones digestivas como el estreñimiento entre otras.
La Fisioterapia se muestra como una herramienta básica y fundamental para la disminución de síntomas y readaptación del paciente a su vida normal con la mínima mobilidad funcional, acelerando la recuperación y contribuyendo a incrementar la salud física y psíquica, a través de la mejora de la calidad de vida. Cada secuela se aborda desde unas técnicas específicas y diferentes, previa valoración y examen del paciente por parte del fisioterapeuta.
Existe controversia en cuanto a la evidencia científica y es cierto que hace falta construir una base de conocimiento más sólida. Pero los resultados de las investigaciones son alentadores. Por ejemplo, un estudio de Rajkowska-Labon E. publicado en 2014[1] afirma que la instauración precoz de un programa de fisioterapia puede mejorar o restaurar completamente la continencia y acelerar el proceso de recuperación.
La incontinencia urinaria y los problemas de erección son las secuelas más frecuentes después de una prostactectomia radical, y en ocasiones también tras la radioterapia. Es importante establecer una fisioterapia tanto preoperatoria como postoperatoria.
El entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico destaca por ser una terapia poco invasiva, simple, segura y económica que ha demostrado eficacia en la recuperación de la continencia. “Mediante la reeducación perineal enseñamos al paciente a identificar aquellos músculos que intervienen de una manera voluntaria en los esfínteres urinarios; es importante que el paciente sepa reconocer la musculatura implicada, le enseñamos a contraerla y a su fortalecimiento. Esto se lleva a cabo mediante los ejercicios de Kegel, técnicas manuales, trabajos de feed-back y estimulaciones”, destaca Raquel Reinaldos, fisioterapeuta especializada en oncología del Centro de Fisioterapia Alcalá 126.
El fortalecimiento y la tonificación de estos músculos permiten al paciente no solo el control de sus esfínteres, también mejorar la disfunción eréctil.
La Fisioterapia del suelo pélvico masculino posterior al cáncer de próstata necesita más unidades especializadas para seguir avanzando en su investigación y desarrollo, con la finalidad de recuperar la calidad de vida de los hombres y permitirles una vida plena.
“La fisioterapia es parte indispensable dentro del tratamiento multidisciplinar que este tipo de paciente debe recibir para que su mejoría integral sea óptima.”
Curro Millán, Director General Instituto FisioMédico y representante de la Asociación Española de Fisioterapia Oncológica.
[1] Elżbieta Rajkowska-Labon, et al: “Efficacy of Physiotherapy for Urinary Incontinence following Prostate Cancer Surgery,” BioMed Research International, vol. 2014, Article ID 785263, 9 pages, 2014. doi:10.1155/2014/785263
FUENTE: Revista hacia Adelante – nº1 2017
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